sábado, 9 de abril de 2016

3ª - Miércoles 7 de abril

Cae mi mamá y se salva uno

Desubicación inicial

Como relaté anteriormente, empezamos con la diana matutina de las 5:30 AM "arriba todos, manga de comunistas dormilones!!!", seguido del desorden de la formación y los palazos al azar con el palo de repasar.

Una vez que volvimos a nuestra pieza (el croquis en la siguiente entrega), le digo yo a Gabriel "che, si por ahí nos quedamos una noche más, pongamos la frazada con otra orientación, yo casi dormí en el suelo anoche...", a lo que con suma confianza me contesta él "Dejate de joder Enrique, cómo vamos a quedarnos una noche más...". Buee, bastante más que una noche nos quedamos.

La otra desubicación fue la mía, que al verle la primerísima vez a mi mamá, pensé que venían de visita tanto ella como las demás mujeres, porque cuando me acerqué a ella, y luego del abrazo, le paso las llaves de un Escarabajo que estaba usando (de mi tía Lida) como para que se las devuelva a su dueña, "yo estoy detenida también...", me dijo y allí recién tomé conciencia de su situación, "bueno, pero de todos modos ponelas en tu cartera, a mi molestan en el pantalón...", cosa que hizo.

El apresamiento de mi mamá

A primera hora de la mañana, angustiada ella, se dirige caminando a la casa de Gabriel, Federico y Javier (300 metros nomás) para preguntar por mí, le atiende doña Rosa, la mamá de ellos, y le confirma que efectivamente habíamos sido apresados y llevados al Dpto. de Investigaciones. En la casa de Federico ya quedó apostado un personal policial y se intervino el teléfono.

Si allí hubiera terminado su participación, no le habría pasado nada, se reducía a la búsqueda desesperada de un hijo por parte de su madre. La decisión que tomó luego fue la que desencadenó su detención.

Decide seguir caminando unos 200 metros más hasta la casa de mi tío Orlando, como para ver que se podía hacer por mí. Craso error. Una cuñada de mi tío, Waldina, que estaba en la O.P.M. y que vivía con ellos en su casa, estaba también siendo buscada por la Policía, no estoy seguro si en ese momento ya había un personal policial allí.

Después decide tomar un colectivo (camina media cuadra nomás) para dirigirse a la iglesia de la Virgen del Perpétuo Socorro (Víctor Haedo c/ Chile). Le sigue un policía que se sube también al ómnibus. No sé sé si éste le había seguido desde lo de Federico o era el que estaba en lo de mi tío Orlando.

Lo cierto es que llega a dicha iglesia, se acerca llorando a una imagen de San Judas Tadeo (era muy devota de dicho santo), implorando "Señor, dime dónde está mi hijo...". Se pega un susto cuando alguien (el policía) le agarra del brazo con firmeza pero sin violencia y le dice "Tranquilícese señora, yo le voy a llevar a donde está su hijo", "Cómo?" pregunta ella, "Su hijo está detenido, y usted también ahora, acompáñeme!!". Y así se fueron caminando desde V.Haedo c/ Chile hasta Pdte. Franco c/ Chile en esa mañana temprano del miércoles 7 de abril.

Salvado uno...

Mi tio Orlando tenía un consultorio odontológico en su casa, y como él atendía los miércoles allí, lo más probable es que lo que cuento a continuación haya ocurrido en algún momento más tarde ese mismo miércoles.

Waldina (su cuñada), seguía siendo buscada por la Policía, un personal policial se instaló en la sala de espera controlando todo el movimiento, y se intervino el teléfono.

Mi tío estaba atendiendo a un paciente, el policía (de civil) en la sala de espera, un "camarada" de Waldina que quiere saber novedades de ella entra también a la sala (el policía no sospecha) y se pone a aguardar como para preguntarle a mi tío cuando esté disponible.

Despide mi tío al paciente, se acerca a la sala de espera, le reconoce al "camarada" y con una pasmosa tranquilidad (externa) le dice "Fulano, te estaba esperando, pasá pues...", no le deja hablar y lo tumba en el sillón de atención, hace andar el torno para que haga ruido, le hace señas que no diga nada, y entre zumbidos del torno y sonidos de instrumentales, le va contando al oído la situación, y que a partir de ese momento era su "paciente".

Después de un tiempo razonable de "atención odontológica", lo acompaña hasta la puerta y le dice "Bueno Fulano, te espero el próximo miércoles para continuar el tratamiento...", y el "camarada" se retira sin problemas.

Si después cayó preso, ya no sé, pero en ESE momento se salvó, y fue gracias a tío Orlando.


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